jueves, 10 de abril de 2014

Caligrafía de las Figuras



Es un bien el libro que leo, un ensayo, por lo preciso que es el género, que no da opción mas que a desarrollar una frase, que es el título. 

Hoy es un recién bautizado día del Romero por alguna cabeza llena de especies y condimentos. En su momento el Romero era una oración y no era de un día, ni de una hora. Pero la necesidad de tipificar y clasificar y ordenar, me confunde hoy porque no lo sabía y el no saber, no importa, pero inoportuna mi inquieta mente que suele estar dormitando en cosas absurdas. El ascetismo de crustáceo que práctico con ojos de langosta -hay una especie que es la mantis de mar- hace proliferar los conos y consigo ver que un grano de arena es el mejor alimento que hay para nutrir mi frágil intento de escribir, con una gama de colores y sentidos que puede resultar algo pastosa.

Ante la posibilidad lejana, que es integrarme en un circuito que habitualmente me es completamente ajeno, y yo me esfuerzo voluntario a ser extraño en él, deliro con la simple idea de hacer algo. Un discurso en el que encuentro alguna forma de puntuar y acentuar el caos.

El caos es un espacio inoperable e incierto que los físicos se ocupan en teorizar a través de fórmulas, en el que desde hace mucho tiempo mis pinceles y mis letras se pierden inevitablemente, por eso es caos y por ello me gusta. Estar perdido y no constar más que, tal vez, en alguna referencia literaria de algún calendario obsoleto que nadie lee. Me gustan los físicos porque sólo ellos son capaces de escribir números que son letras y signos que son infinito y dibujar con frases. Se parece un poco al conceptual y seguro que tiene mucho en común con él, pero me gustan más los físicos teóricos matemáticos, como también la mente de los compositores musicales o de los calígrafos chinos y japoneses. 

El aquí y el ahora es un hecho.

Pero en este caldo de cultivo, intento presentar algo que he denominado "caligrafía de las figuras" y que, por ser creador e inventor de la palabra, están enmarcadas en la categoría de Cuadriloscopios: Pero este es otro discurso que ya tuvo su momento con manifiestos y exposiciones hace años, trabajos sobre la aberración cromática y el daltonismo. Lejos de volver a marear nada y muy atento a ser agua que corre y se dispersa en algún mar, ahorro tiempo, intensidad y dinero, propio y ajeno, al considerar que el pincel se mueve sólo. Son temas de religión y el alma que lleva a una pieza a ser, y al resto a desaparecer, y a aquella que es, lo es sólo por un tiempo.

Así las cosas, pierdo el tiempo llenándolo con la contemplación de obras famosas y al caso, escribo automático "La vida de otro", una pequeña intención que se parece más al carrete de un fotógrafo que lanza su cámara con disparador y luego selecciona una de entré las mil que ha captado su máquina. El pincel es un péndulo de Foucault que traza líneas durante un tiempo sobre un papel.

En algún momento, hay que recargar la tinta y volver a dejar que el brazo se mueva con total libertad y de todo este lento proceso, alguna vez, decido que he encontrado algo que es un pequeño algo. En este momento, el algo se convierte en un centro y el péndulo sigue dibujando, rascando, lamiendo la superficie, más limitado por ese algo que quiere ser y que aún no se sabe.

Es más fácil, si con unas estampitas mostrara, en una progresión, la necesidad de expresar que tenemos y cómo dejar huella de nuestra mano en una pared, en una cueva, ha ido evolucionando -trato el término con pinzas pues no es cuestión de definir ahora- a una imaginería mágica, a una forma de trueque, más tarde a una marca de poder y luego a complicados ideogramas y a la escritura convencional, por no entrar en detalles de cual es la que es no convencional y la que no es siquiera escritura siendo garabato.

En esta serie de Cuadriloscopios "Caligrafía de las Figuras", quedan expuestas telas de gran formato y monotipos del proceso que ha llevado a ser cada cual lo que es, sea lo que sea. Lejos de tratar el tema difuso que plantea un iconoclasta, por ser algo que sin duda está resuelto ya por mentes más cualificadas, la "Caligrafía de las figuras" es una opción y quiere ser mostrada por mérito propio, sin referencias ni floripondios.