Dejo crecer la hierba
para que cubra cualquier huella
pues no tengo la fuerza y porque la tierra entera
está enferma de humanidad
de frecuencias, ondas y miedo.
Dejo que el tiempo pase
y apisone y pierda cualquier trabajo
cualquier emoción o lazo
cualquier cuerda o cadena
que al final sera de óxido y arena
lodo primigenio sedimento o estrato
en que se alimentan eras nuevas.
Pensar es un oficio mal pagado,
es vivir. Y es el tiempo un tirano
que me obligo a reducir en cada paso.
Pues he sentido de todo
desde la hiel hasta el olvido
desde el dolor a haber perdido.
Como también hay ramas verdes
en árboles caídos
donde viven otros seres
que sí encuentran sentido.
Es cierto que hay un fondo,
un desierto y un hoyo sin luz,
y cuando observo atentamente
también allí crece un ser vivo.
Pero me aterran sus dientes
y me asquean sus hábitos
siendo yo más tonto y ellos inteligentes
comiendo en la oscuridad de ajenas muertes,
naturaleza y rigor de saber sobrevivir
que la debilidad es a veces ser más fuertes.
Porque el lugar donde mis dudas
estremece a almas perdidas
también crecen los miedos
realidades y mentiras
que revientan la verdad.
No es importante perder
Ni padecer que ante cualquier herida
también crece la costra y después piel,
y sobre ese resto de ceniza
es bueno agradecer
que otros puedan seguir con vida.
-No arrastres lo pies
-Se me salen los zapatos.
-Pues camina descalzo.
-También me duelen los huesos.
-Pues siéntate.
-Eres un genio.
-Si uno malvado
que grita sonetos callados
sin medida ni perfil
buscando un silencio alado
volando sobre la niebla y el mar
sabiendo que soy amado.
Poder responder a deudas
cuando no hay culpa ni cargo.
Pues es día y hay Sol
crece la hierba y es verde
montañas de asfalto quebrado y roto
donde de frondosas zarzas florecen
cubriendo de azules y rojos,
lagartos, serpientes, gatos y palomas. Todo.
Rugen máquinas y motores
que de tierra zahorra llenan
senderos y veredas
haciendo caminos
bordeados de prados
y el polvo que se levanta
queda olvidado: Crece hierba.
La Tierra vive en su manto.
Ardiendo níquel y hierro
su corazón sigue girando.
Hasta eones de tiempo,
las estrellas brillan despacio.
Mientras tanto…, me entras tanto…