jueves, 25 de octubre de 2012

La casa perdida...


Hace días que sueño con una casa vacía... Una casa antigua y blanca con sus muros encalados y sus puertas de madera... A veces entro y la casa está dejada como inhabitada y se acumulan trastos polvorientos y parece un almacén, pero hoy estaba perfecta. Sin nada, sólo lo indispensable y limpia... Era un salón donde había un lugar para echarse y una mesa... De allí se subía a una zona más privada donde el señor de la casa tendría sus cosas, pero la zona común era amplia y abierta al atardecer y me quedé dormido un rato... Luego me despedí y caminé por un camino entre salinas donde había otras casas y me cruzaba con señoras ancianas que vivían por la zona...

Busco una casa limpia de trastos y espaciosa... Busco dejar atrás todas las cosas que se acumulan en la vida y que no tienen sentido... Busco algo puro y sencillo y caminar de una estancia a otra sin miedo a romper o ensuciar... Busco la serenidad y que el cambio de los días sea como un reloj que la naturaleza integra en la vida... Necesito vaciarme por dentro y por fuera... Y que de esa nada, algo quede como un sello...

Por qué nacer entre extraños y luchar por una causa perdida, se convierten en la cárcel de por vida. Tener una mañana en la que te levantas sin rubo cada día y sólo tratas de aceptar que la vida aunque injusta es así, necesaria para que otros puedan reaccionar ante este vacío. A pesar de la libertad y la posibilidad de salir, hay algo que te mantiene quieto, en ese lugar que te eligió y que debes respetar, aunque sea con la fuerza de una voz que grita...

El dolor de no querer dormir, por temor a despertar... Hoy con la misma canción: si volviera a nacer, elegiría ser diferente, no queriendo ser follado como un trozo de carne, ni que una madre fuera una yonqui de la iglesia católica apostólica y romana, no haría tantas cosas que me han convertido en un sociópata mental y en un paranoico, desearía no ser un infeliz que sólo come cada día, no trataría de buscar algo imposible en el lugar equivocado y no me aislaría del mundo por vergüenza de ver cada mañana en el espejo un monstruo, un ejemplo de la desidia y la cobardía, que se oculta tras la sombra de una barba y el silencio... No dejaría que mis canciones salieran de mi boca como música zen, o como hace poco algún conocido hacía referencia, con ese miedo a la opinión ajena..., realmente este señor me estaba hablando del yo que soy ahora y no del zen..., pero soy tan lento y tan confiado que no lo entendí hasta ayer...

Pero tampoco quiero pertenecer al gueto de los justos y no quiero saber nada de los que predican con vidas llenas de mentiras, ni jugar papeles estereotipados de un mundo débil y sin principios, basado en egos que no importan a nadie...

Mi mejor ejemplo es lo que aprendí ayer: ser mujer en un lugar donde en menos de treinta años, has pasado por todas las injurias y maltratos y libertades y derechos para volver a aceptar que el año que viene es como una cadena perpetua después de una pena de muerte... Y llevar burka, y que te maten en casa y no poder leer porque no tienes libros y estar encerrada en una casa por una religión absurda. A pesar de todo alguna mujer así escribe como yo... Paradójicamente comparto ese sentimiento de estar muerto en vida y es peor, porque yo sí puedo salir y vivir la vida como la viven mis paisanos... Y lo hago, pero pierdo el hilo y me siento como un reo en el pasillo que le lleva a la inyección letal, aislado por cometer errores que no lo son, que sólo las circunstancias me han empujado a ser así... Y que esas circunstancias han sido a la vez mi liberación y mi condena...

No siempre encuentra uno las palabras que pueda poner en boca de otro, ni inventar personajes que son una ficción de la realidad vivida, no siempre tienes ganas de asombrar o de hacer reír o de dar gracias por la vida... No siempre el plan es la disciplina, ni el dinero, ni la amistad... A veces es un sentido de autodestrucción y de rebeldía y no se tiene porque seguir un guión ni un objetivo... Ni tener sentido del humor es la salida, ni saber más es mejor, ni querer emprender algo es un motivo... Simplemente estar donde estás, aunque perdido y sin sentido, permaneces... Porque es lo único que ha dado razón y ha echado raíces y a veces reniegues de ello... No dudo que soy afortunado, ni tengo ganas de olvidar mi rabia, ni mi ira... Todo me mueve cada día a tratar de buscar, de dudar y de seguir queriendo ser mejor en algún momento... A veces solo un pequeño texto o un dibujo tienen más sentido que toda la frustración que se pasa durante ese camino... Y siempre respetar al que tiene menos, al que sufre en otro lugar y no habla, ni se emancipa, sólo espera a morir como yo, haciendo lo que hace, que al fin, es lo único que puede hacer...

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